“El que tiene más saliva que traga más pinole.”
“No se puede chiflar y comer pinole”
Aunque el pinole, este inserto en nuestro léxico popular, es una preparación prehispánica que proviene de la palabra náhuatl pinolli, que significa harina de maíz; y es un polvo fino de maíz tostado que se comía desde la época prehispánica y que ha sobrevivido hasta nuestros días.
Aunque el pinole representa un alimento básico e indispensable para los infantes en algunos grupos indígenas, en muchos lugares se sigue preparando con ingredientes adicionales para enriquecer su sabor. Esta harina puede endulzarse con piloncillo y canela, como se prepara en muchos lugares alrededor del país. En Colima se consume como una golosina con anís, y los mayas de Yucatán lo preparan con cacao, pimienta gorda y otras especias, que le dan color con la semilla del achiote.
Con la finalidad de obtener un pinole de alta calidad en proteínas, hoy en día se preparan combinaciones de maíz y leguminosas que brindan una enorme cantidad de proteína a muy bajo costo. Puede haber pinole de chía, de amaranto, de frijol e incluso de nopal. Basta con tener un metate, los ingredientes necesarios y moler, moler y moler hasta conseguir la base para preparar un atole nutritivo, galletas y dulces.